
SANTO DOMINGO.- La primera gestión de Danilo Medina suele presentarse como un período de cercanía presidencial y revolución educativa. Sin embargo, bajo la superficie del relato oficial emergen los elementos más delicados de su administración: un crecimiento sostenido por endeudamiento, un 4% convertido en maquinaria de contratos cuestionados y un Estado cada vez más centralizado en torno a la figura del presidente.
El gran proyecto educativo —que debió ser un hito nacional— se transformó en uno de los sectores más opacos del gasto público. Las licitaciones para la construcción de escuelas reflejaron patrones de sobrevaluación, favoritismos empresariales y débil supervisión estatal. Mientras el país celebraba la ampliación de la jornada escolar, en los expedientes se acumulaban denuncias de irregularidades, retrasos en obras y falta de control técnico. El 4% generó aulas… pero también dudas profundas.
Las “Visitas Sorpresa”, convertidas en símbolo de la administración Medina, funcionaron como mecanismos rápidos de aprobación de proyectos sin el debido rigor institucional. Muchos de esos proyectos no tuvieron evaluaciones serias, varios quedaron inconclusos y otros terminaron generando deudas impagadas por asociaciones rurales que carecían de acompañamiento real. Lo que se presentaba como cambio social inmediato terminó siendo, en numerosos casos, una intervención improvisada.
En el ámbito fiscal, los indicadores cuentan una historia preocupante: para mantener la imagen de bienestar, el gobierno incrementó la deuda pública de manera acelerada. El país creció, sí, pero sobre una base frágil, dependiente de préstamos y de un gasto público que nunca fue ajustado a la realidad de los ingresos estatales.
Todo esto ocurrió mientras el PLD consolidaba el mayor control político de la era democrática reciente, reduciendo la capacidad de fiscalización del Congreso, neutralizando contrapesos y debilitando los organismos de control.
El resultado: un gobierno popular en apariencia, pero sustentado en prácticas que comprometen la sostenibilidad financiera, la transparencia y la institucionalidad del Estado. La primera gestión de Danilo Medina dejó avances visibles, pero también planteó interrogantes que todavía pesan sobre el país: ¿a quién benefició realmente el 4%? ¿Era sostenible el crecimiento? ¿Y cuánto costó, políticamente, la concentración de poder? Una administración exitosa en narrativa… y mucho menos luminosa en sus cimientos.
El autor: José Antoni Fernández Puello Educador | Periodista | Deportista
Formación. Verdad. Comunidad.
Impacto desde las aulas, los medios y la cancha.



