sábado, diciembre 13, 2025

La valoración social del docente en la República Dominicana y su responsabilidad educativa

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Comentario periodístico: La valoración social del docente en la República Dominicana y su responsabilidad educativa

En la República Dominicana, hablar de la valoración social del docente es entrar en un terreno donde conviven discursos de reconocimiento con prácticas que, en muchas ocasiones, contradicen ese supuesto aprecio. Aunque la figura del maestro ha sido históricamente catalogada como pilar del desarrollo nacional, lo cierto es que la percepción social hacia su labor se mantiene atrapada entre estereotipos, reclamos salariales, tensiones gremiales y una comprensión incompleta de la verdadera responsabilidad educativa que este profesional asume.

La sociedad dominicana demanda hoy resultados educativos de primer nivel, estudiantes altamente competentes y una escuela capaz de compensar las desigualdades sociales. Sin embargo, rara vez se reconoce que detrás de esas exigencias está un maestro que, además de enseñar, carga con el peso emocional, disciplinario y social de centenares de estudiantes cuyas realidades muchas veces superan las capacidades institucionales. Esta desconexión entre expectativas y apoyo real es uno de los factores que más impacta la valoración social del docente.

A pesar de los avances en capacitación, incentivos y políticas públicas, el reconocimiento hacia el maestro sigue siendo insuficiente. Parte del problema radica en que la sociedad evalúa la labor docente desde los resultados inmediatos —como las pruebas nacionales o los índices internacionales—, sin considerar que la educación es un proceso a largo plazo, profundamente influido por elementos familiares, comunitarios y estructurales.

No obstante, sería injusto hablar de valoración social sin abordar la responsabilidad educativa del maestro. La profesión docente implica una responsabilidad ética que trasciende la enseñanza técnica. El maestro dominicano, hoy más que nunca, está llamado a actualizarse, a innovar y a asumir un liderazgo pedagógico que impacte positivamente en la formación de niños y jóvenes. Ser docente ya no consiste únicamente en transmitir contenidos, sino en guiar, acompañar, motivar y modelar comportamientos ciudadanos.

La responsabilidad educativa del docente implica también reconocer que su papel es insustituible en la construcción de una sociedad crítica, productiva y democrática. Por ello, el desafío no recae únicamente en la escuela o en el Estado, sino en todos los sectores sociales: familias, medios de comunicación, organizaciones comunitarias y empresas. La valoración del maestro debe ser un compromiso colectivo, no un discurso vacío reservado para fechas conmemorativas.

En definitiva, mejorar la valoración social del docente en la República Dominicana pasa por entender que la educación no es solo un servicio, sino un proyecto de nación. Y que ese proyecto requiere maestros dignificados, valorados y respaldados en la misma magnitud de su responsabilidad. Porque sin docentes respetados y fortalecidos, no existe posibilidad real de transformación educativa ni de progreso social sostenible.

El autor: José Antoni Fernández Puello Educador | Periodista | Deportista
Formación. Verdad. Comunidad.
Impacto desde las aulas, los medios y la cancha.

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